viernes, 22 de octubre de 2010

CARTA DESDE YURIMAGUAS

PRONUNCIAMIENTO

 
Estimados hermanos/as
 
Me dirijo a todas las personas de buena voluntad que apuestan por la paz y la justicia. Como párroco de la Catedral Virgen de las Nieves emito este pronunciamiento en respaldo a la labor que viene desempeñando el P. Mario Bartolini Palombi en pro de los derechos humanos y en la protección del medio ambiente.
 
Para nadie es ajeno tener presente que los países industrializados del mundo han destruido sus recursos naturales y no tienen como subsistir, por ello, la mirada está puesta en la amazonía, pulmón del mundo, y es una oportunidad apetecible para aquellos que buscan tener el dominio y el poder de este maravilloso mundo que nos ha proporcionado Dios.
 
No vayamos muy lejos, para descubrir que esto es así, hace unos años se generó la guerra por tener el dominio del caucho, árbol exótico que generó ingresos multimillonarios a unos pocos y sufrimiento a muchos otros.
 
Pronto ya no será el petróleo la fuente de desarrollo de un país, lo será el agua dulce, de nuestros ríos, elemento vital para la vida y carente en el resto del mundo.
 
Vivimos una problemática muy delicada. Crece el número de personas despojadas de sus tierras, pueblos enteros obligados a abandonar lo único que poseían, su territorio. Últimamente, en las zonas urbanas se están produciendo invasiones por los denominados “los sin tierras”.
 
La expropiación y compra de tierras – miles y miles de hectáreas por un dueño o alguna empresa-, son la clara evidencia de la venta de nuestro territorio a entidades particulares que, como “langostas”, van dejando desolación, sequedad y sufrimiento. Esta es la triste realidad de la selva peruana. Lo que nuestros hermanos campesinos e indígenas han desforestado en 50 años, las empresas lo han hecho en una semana. ¿No es esto un gran atentado contra la integridad de la creación?
 
Como Misionero Pasionista que soy, al igual que lo es el P. Mario Bartolini, como bautizado y hermano en Cristo de todos aquellos hombres y mujeres que velan por el bienestar de los derechos humanos y la protección de medio ambiente, siento el dolor de la injusticia. Pero más dolor causa la indiferencia frente a los débiles, a los empobrecidos.
 
El P. Mario asumió la causa de los indígenas, de los ribereños que de manera pacífica exigieron y siguen pidiendo respeto y justicia: “las tierras no se venden, las tierras amazónicas se defienden”. Nuestro querido padre Mario, no ha hecho otra cosa que, seguir las huellas de Jesucristo.
 
Es importante, queridos hermanos, tener en cuenta, que en los últimos años sean promulgado leyes absurdas, en las que aparentemente están a favor del desarrollo del país, pero la intención verdadera es la búsqueda del bien particular y no del bien común. Leyes en las que se busca vender la amazonia al mejor postor, atropellando a quienes viven en estos territorios.
 
Muchos de nuestros hermanos nativos y ribereños al no tener Documento Nacional de Identidad (DNI), para el Estado no existen. Así mismo, hay pueblos y comunidades de la Amazonía, que no están registradas en el Catastro Nacional por descuido de las autoridades competentes, que se han hecho y siguen haciéndose de la vista gorda. Por ello, el gobierno ha puesto en subasta dichas tierras.
 
Las comunidades indígenas y ribereñas, más que la propiedad, defienden la territorialidad. Son posesionarios de tiempos ancestrales. Esto es la realidad de nuestra Amazonía; parece ser que hay una falta de sentido común y de responsabilidad, frente a las políticas empleadas en la búsqueda del desarrollo de nuestro querido Perú.
 
Nuestros gobernantes en lugar de dar soluciones complican más la problemática promulgando leyes que no respetan a las minorías o grupos humanos de la selva, que también son peruanos, y por tanto tienen los mismos derechos.
 
Por ello, queridos hermanos en la fe, tengamos presente que Jesús tomó partido por los más pobres. Se ensució las manos para limpiarlos y liberarlos del pecado, del egoísmo y de la indiferencia de los grandes, de los poderosos, de los intocables. Alzó su voz ante la hipocresía de los escribas y fariseos que se creían dueños de la verdad, justicieros. El Nuevo Testamento da a conocer hermosos testimonios de la vida de Jesús. Él apostó su vida por los más débiles, por los que para la sociedad no cuentan.
 
En nuestro mundo actual siguen habiendo nuevos Lázaros, excluidos de lo básico para vivir dignamente. Quitar las tierras a nuestros hermanos/as es privarles de su único medio de subsistencia. Sigue creciendo el abismo entre ricos más ricos y pobres más pobres. En lugar de bajar el índice de pobreza está aumentando de manera escandalosa.
 
Los objetivos del milenio no se están tomando en cuenta para revertir la realidad de pobreza extrema. El número de los empobrecidos seguirá en aumento mientras falte voluntad política de querer buscar soluciones frente a las injusticias y sus efectos de pobreza.
 
Vivimos en un mar de injusticias. No hace falta ir muy lejos para encontrarnos con la cruda realidad de la indiferencia ante los problemas serios que azotan a nuestra sociedad actual.
 
Pregunto ¿Qué delito ha cometido el P. Mario? El P. Mario en todo momento buscó y sigue buscando los caminos del diálogo y de la paz. Frente a las provocaciones de los de arriba, de incitar a la violencia, el P. Mario no dejó que nuestros hermanos indígenas caigan en las trampas mortales de los poderosos.
 
Alzó su voz de protesta frente a las injusticias, frente a los atropellos de los derechos humanos y de los derechos de los ribereños e indígenas. Mostró su indignación, sin tapujos, contra los criminales, contra los que quitan la vida por intereses mezquinos.
 
Esto es lo que hizo el padre Mario: dar la cara por los indígenas, por los ribereños y los campesinos. Pero al parecer, no gustó esto a los grandes empresarios que buscan la explotación de nuestros recursos naturales y el maltrato a quienes viven en estos territorios.
 
Jesús asumió la causa de los pobres. El P. Mario sigue el ejemplo de Jesucristo. Los políticos y las autoridades y los grupos de poder le apuntan con el dedo, quieren apagar su voz, quieren sacarlo del país. Pero así como Jesús desde la cruz dijo: no saben lo que hacen y permitió que un soldado le reconozca como: "verdaderamente este es el Hijo de Dios", así también, el P. Mario, cada mes que firma en el poder judicial, su libertad condicional, me imagino que pronunciará las palabras de Jesucristo: "no saben lo que hacen".
 
El corazón del P. Mario no está para odiar a nadie, pero sí, para sentir en carne propia las injusticias que cometen nuestras autoridades y grupos de poder, y para alzar su voz de protesta y mostrar públicamente su indignación.
 
Como ciudadanos necesitamos tener capacidad de indignación. El dolor y sufrimiento del hermano no debe ser ajeno.
 
Muestro mi solidaridad al P. Mario Bartolini y a todos aquellos que velan y se sacrifican por el bienestar del pueblo de aquellos que no “tienen voz” y respaldo su causa. Como ciudadano y como párroco de la Catedral Virgen de las Nieves quiero decir que el P. Mario no está sólo, cuenta con sus hermanos pasionistas y con toda la gente de buena voluntad que le conoce y que apuestan por la verdad y la justicia.
 
P. Mario Bartolini eres, el abogado de los más débiles. No eres un rebelde, ni un instigador como te acusan. Tan solo estamos seguros que buscas ser fiel a tu consagración religiosa y a ministerio sacerdotal, siendo un verdadero bautizado. Todas estas denuncias y estas maquinaciones maquiavélicas, tan sólo son cortinas de humo empleadas para desviar la atención de la comunidad y ocultar el problema que verdaderamente se está llevando a cabo. Eres un hombre de paz y de justicia. Sabes que eres responsable de tus hermanos y hermanas, incluso, de aquellos que vendrán: las nuevas generaciones. Tu mente y tu corazón están pensando en el futuro de los pueblos amazónicos.
 
Tú no quieres que mañana o más tarde nos lamentemos y digamos: se llevaron nuestra riqueza y nos dejaron la pobreza. Exiges un desarrollo que integre al hombre amazónico, que respete al ser humano. Sabes muy bien que el dinero no puede estar por encima de la persona.
 
Tenemos derecho a elegir nuestro modelo de desarrollo sostenible pero no queremos la imposición de modelos ajenos a nuestra realidad y para tener certeza de que esto verdaderamente se está realizando, basta con escuchar el discurso de nuestro presidente Alan García en la conmemoración de las pasadas fiestas patrias: “En Loreto ya se ha superado el analfabetismo….”, que bueno sería Señor presidente que visitara y conociera nuestra realidad, para que descubra que uno no puede hablar de lo que no conoce, mucho menos decidir por otros.
 
Hoy es el tiempo de levantar nuestra voz. P. Mario, tú lo has hecho y lo seguirás haciendo hasta el final. Estimado P. Mario, Dios te bendiga hoy y siempre.
 

Yurimaguas 20 de octubre de 2010
 
Atentamente,

 
P. Jonny Martínez Vásquez C.P.

Párroco de la Catedral Virgen de las Nieves

Yurimaguas-PERÚ



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