jueves, 11 de marzo de 2010

Dia mundial del agua


Podéis encontrar más información sobre el día del agua en la página web: http://www.jpicpassionist.org/


lunes, 8 de marzo de 2010

ENTREVISTA AL RESPONSABLE DE CORPORACIÓN PASIONISTA EN EL SALVADOR


Sacerdote Antonio Rodríguez, Director de Políticas Públicas para Prevenir la Violencia Juvenil, POLJUVE. Foto Diario Co Latino/Josué Parada
Beatriz Castillo
Redacción Diario Co Latino

Al menos un 30% de los jóvenes vinculados a las pandillas están en la disposición de salirse de esa vida. Es decir, quieren abandonar los homicidios, extorsiones, o drogas y la violencia en la que participan. Según información policial, del total de acciones violentas que ocurren en el país, solo el 25% de las mismas son responsabilidad de las maras y pandillas.
Sin embargo, al buscar una opción para cambiar esa vida que les han “obligado” a vivir no la tienen, asegura el sacerdote Antonio Rodríguez, director del proyecto de desarrollo juvenil “POLJUVE”.

POLJUVE, desde hace once años trabaja en las comunidades de Mejicanos, con el concepto de empoderar a los niños y jóvenes, para alejarlos de las pandillas o crimen organizado. Esta es la mejor solución a una de las causas del problema de violencia, que enfrenta el país desde los últimos 20 años.
El trabajo consiste en capacitar a niños y jóvenes en formación profesional y técnica, y abrir oportunidades. Sus programas incluyen el trabajo con pandilleros activos, que tienen decisión de empezar de cero, pero la marginación y la exclusión no los permite avanzar.

“Yo tengo un muchacho pandillero desde hace 10 años, que se quiere salir… padre de dos hijos y está confiado que quiere salir ¿pero qué alternativas tiene este joven? Ninguna, porque la empresa privada está totalmente cerrada, el Estado no tiene ningún programa especial para este joven que se quiere salir. ¡!Entones, que le queda!! Extorsionar como un modo de vida, pero él no quiere continuar allí”, explica Rodríguez.
Ante esta realidad, el gobierno debe de crear una política de reinserción para los jóvenes involucrados en las pandillas.
La iniciativa, que podría ser una ley, que permita que las empresas privadas contraten a un joven que esté en proceso de reinserción y bajo un programa serio o la creación de micro empresas.
“La gente no cree, no confía y es un salto que tiene que dar este país, una política para que la empresa privada asuma en su planilla un 10% de jóvenes en programas y proceso de reinserción de privados de libertad, sería bueno”, sería una opción para garantizar una salida.
El sacerdote está consciente que los empresarios tengan reservas y para transparentar una iniciativa como esta las ONG podrían ser las tutoras de estos jóvenes y avalar a los que aspiren a un empleo en una empresa.
El gobierno puede entregar una “acreditación” a todas estas ONG como un programa, para que las mismas puedan dar un seguimiento sicológico y que vigile que los “muchachos” están cumpliendo.
Este paso se tiene que seguir, porque no puede existir reinserción, sino existe construcción de oportunidades “reales que garanticen sostenibilidad en el tiempo, en el desarrollo de su vida”, aclara.
El gobierno, en la actualidad, tiene como principal programa de rehabilitación y reinserción “La granja”. Sin embargo, este proyecto no ha entregado resultados palpables y el costo es elevado. En términos generales no es “tan viable”.
La estrategia de prevención se tiene que focalizar a través procesos formativos de microempresas locales, coordinación de la localidad y las ONG en el territorio donde permanece la clica.
“Es trasformar a la clica relacionada a actos delincuenciales a una clica productiva”, agrega el sacerdote.
El programa que se impulsó en La Campanera dónde opera la “M18” no tuvo éxito porque no se unieron esfuerzos.
“Sólo una organización creía y lo que se necesita es que el gobierno local crea, que el gobierno central crea, que la policía crea, que la ciudadanía crea”, sostiene.
Además, el Estado necesita de una “buena política fiscal” para tener dinero en las arcas para impulsar todas las políticas sociales necesarias, encaminadas a resolver los factores del porqué la gente es orillada a delinquir.
Dialogo con las pandillas es clave para el cambio
La decisión de convocar a los sectores para analizar las políticas de gobierno fue una iniciativa prudente, pero se dejó de lado a los principales actores.
“Es una política orientada a la persecución de los jóvenes, pero no se ha dialogado con ellos, son los grandes ausentes. Ellos tienen que hablar de las estrategias a nivel local”, explica el director del proyecto.
También se debe dialogar con aquellos jóvenes que están involucrados en pandillas, hay muchos que quieren salir. Unos lo han expresado en un campo pagado publicado en este vespertino, donde aceptan que han sido parte de quema de buses y extorsiones, eso es un gran paso para abrir ese dialogo “porque ese, ya no es el camino”.
“No es necesario que el gobierno sostenga el dialogo directamente, se puede construir con unos mediadores”, advierte.
Los 12 años de Conflicto Armado en el país se solucionó vía dialogo, entonces porqué no apostarle a esa solución con los jóvenes que antes de ser violentos, fueron violentados de sus derechos, se pregunta el sacerdote.
El gobierno debe de mostrar “confianza” ante el llamado porque están reconociendo errores. Si no quiere hacerlo de forma directa están personas como Rosa Chávez, el pastor Mario Vega, FESPAD, que han trabajo con los pandilleros y que pueden ser parte de este diálogo. “Hay personas que quieren trabajar en esta reconciliación”, agrega el sacerdote católico.
Las medidas represivas como “más militares, más armas, no van a cambiar el problema. Quién está sacando el mayor número de armas a través de los tanques, de los fusiles es el gobierno y esa no es la solución”.

POLJUVE desarrolla diagnósticos

Representantes de POLJUVE, iglesias, gobierno, sociedad civil, academia y jóvenes se reunieron para debatir el tema de la prevención del delito. De allí ha logrado salir un importante documento nacional, donde el diálogo ha sido el principal ingrediente.
“Si esto el gobierno no es capaz de tomarlo, si esto el gobierno no es capaz de reconocerlo y de potenciarlo como uno de los grandes valores y de pacto, estaremos retrocediendo en el problema”, asegura el Padre Rodríguez.
Si no se aborda como debe de ser el tema de la prevención del delito no habrá mayores cambios, vaticina.
La prevención del delito y la persecución del delito, tienen dinámicas diferentes y no pueden seguir siendo mezcladas.
“Son dos lógicas que están integradas, que se complementan, pero tienen otros perfiles, otros destinatarios”. De allí nace la necesidad de tener una “verdadera política de prevención, no programas o acciones como las que se impulsan”.
“No pueden hablar de prevención porque el elemento de la prevención y el abordaje no hay. Porque no se tiene un consenso de lo que es prevención, no hay un consenso de la población civil, no se puede confundir las actividades con políticas” , aclara Rodríguez.
Además se carece del gasto público y metodologías de prevención.
“Hay interés y ganas porque es el camino”, pero se debe de hacer más en esta vía, para que más jóvenes no caigan en las pandillas delincuenciales.
Se necesita de inversión social, proteger a la niñez y adolescencia si queremos protegernos

“Es el momento de cambiar, no solamente la forma de hacer política, sino que exista avance sustancial en el proceso democrático, incorporar a los sectores” sostiene.
“Como va a tener futuro este país, en donde el gran enemigo que nos hemos construido son los jóvenes, se dice que los jóvenes son el futuro, entonces si no cambiamos somos un país sin futuro”, puntualiza.